como dormir a un bebe

4 trucos para que tu bebé duerma mejor

Los problemas de los niños para dormir son habituales, no es una rareza de unos pocos. Y es que dormir es un hábito y, como cualquier otro, es necesario crearlo. De hecho, es importante comenzar a fomentarlo desde los primeros meses de vida, evitando caer en hábitos incorrectos que puedan suponer un problema en el futuro. Recuerda que durante la infancia tan importante es el sueño como los hábitos alimenticios o el ejercicio.

¿Se puede detectar si un niño tiene sueño? Efectivamente, algunas señales pueden indicar a los padres que algo no funciona correctamente: restregarse los ojos, falta de interés por el juego o disminuir la intensidad con la que hacen sus actividades pueden delatar una falta de horas de sueño, permitiendo a los padres tomar medidas correctoras de la situación.

Trucos dormir bebé toda la noche

El insomnio y los niños

El insomnio es uno de los trastornos del sueño con más incidencia en la población, y los más pequeños no son una excepción. Tal y como señalan los especialistas de este estudio, es unos de los principales problemas a los que se pueden enfrentar los niños desde los 6 meses hasta los cinco años. «El fenómeno clínico que caracteriza a este tipo de insomnio es la dificultad para que el niño inicie el sueño solo y los frecuentes despertares durante la noche», señalan los autores, a la vez que aseguran que un niño se puede enfrentar a 15 despertares a lo largo de una sola noche.

Cuatro soluciones

La falta de sueño en los niños o los trastornos asociados a ello representan un problema para el niño que los sufre y para los padres, que también sufren un bajón en la calidad del sueño. Como ya hemos dicho al principio, el hábito de dormir bien no nace con el niño, así que puedes seguir estos consejos para que los más pequeños de la casa no tengan problemas para dormir. Cuando duermen bien crecen bien, y tú también descansas más.

1. Comenzar a enseñar normas.

Conforme los niños van creciendo y ampliando su vocabulario «se van complicando los momentos de iniciar el sueño ya que es el niño el que dicta las normas». Lo más posible es que el niño quiera ver la televisión, cantar, leer o dormir en la cama de los padres. Parece fundamental comenzar a cultivar una rutina del sueño, asociadas a unas normas coherentes, desde edades tempranas para atajar el problema con menos dificultades.

2. Crear el ambiente oportuno.

Enseñar a dormir a los niños desde bien temprano parece una idea de éxito para su futuro. Los niños tienen que asociar el momento de dormir con algunos elementos concretos como su cama, su colchón o sus peluches, y con momentos agradables padres-niño en los que se puede aprovechar a programar una actividad para el día siguiente o simplemente leer algo juntos. De esta forma, asociarán el momento de ir a dormir con algo alegre y esperado.

Algo parecido ocurre con la comida. Los niños terminan entendiendo que los platos y los cubiertos están asociados al momento de comer, pero hay que enseñarles cómo se utilizan todos esos utensilios. Es fundamental que los padres creen el ambiente de dormir, y transmitan la importancia de ello con seguridad.

3. ¿Dormir la siesta?

Los beneficios de una siesta en los niños hace tiempo que dejaron de estar en tela de juicio. En el caso de los más pequeños, estas pequeñas siestas ayudan, por ejemplo, a un correcto rendimiento escolar. Siempre dentro de una duración razonable, pueden ser una buena herramienta para controlar mejor las horas de sueño nocturno. Pero no es obligatorio que los niños la duerman: si no quieren o no les gusta pueden destinar las horas posteriores a la comida a algún tipo de actividad física ligera, o actividades más relajantes para afrontar el resto de la jornada con energía

4. Elegir el colchón adecuado.

La existencia de colchones de cuna o gamas juveniles no es casualidad. Están específicamente creados por la importancia que tiene que un niño duerma en el colchón que mejor se ajusta a sus características. El nivel de confort y la protección higiénica son dos factores fundamentales en la elección, sobre todo en el caso del primero, ya que el colchón del niño debe tener entre sus características un alto grado de adaptabilidad.

Si el niño ya tiene la edad adecuada, debe participar en la elección del colchón y que lo vea como algo divertido. Es obvio que no va a entender, por ejemplo, la importancia de la triple barrera de Pikolin, que acaba con la presencia de ácaros, bacterias y hongos minimizado la aparición de alergias, que afectan a más del 70% de los niños. Pero sí será determinante a la hora de elegir otros elementos. Si puede, ¡permítele que lo haga!

Recuerda que si detectas algún problema concreto en tus hijos/as tu pediatra puede ayudarte a solucionarlos. ¡Recurre a sus consejos cuando lo requieras! Ya sabes que para la elección del colchón más adecuado puedes contar siempre con nosotros.