Dormir en las noches estivales

La temperatura ideal para dormir está entre los 18 y los 22 grados, según indican los expertos en sueño, pero en las últimas noches se han superado con creces estas temperaturas en toda España, lo que ocasiona problemas de sueño, incluso en personas que nunca han tenido dificultades para dormir.

Las altas temperaturas alteran el sueño. Desde el Instituto de Investigaciones del Sueño se explica alegando que disminuyen su eficacia y calidad y que lo fragmentan provocando numerosos despertares, ya que a medida que aumenta la temperatura en el ambiente, la duración de los ciclos del sueño es más corta.

Los hábitos alimenticios y de higiene del sueño se desordenan durante el verano

Además, se apunta que para dormir es necesario que descienda la temperatura corporal, pues induce el sueño. En verano se retrasa ese descenso debido al calor y, por eso, cuesta más quedarse dormido al principio de la noche.

Por otra parte, se señala que el sueño está directamente relacionado con la secreción de Melatonina, una sustancia que se libera en el cerebro en condiciones de oscuridad y que induce a dormir. En verano, al haber más horas de luz y al posponer la hora de acostarse, la melatonina que se produce comienza a segregarse más tarde, lo que dificulta la conciliación del sueño y provoca un incremento del insomnio.

Finalmente, desde el Instituto de Investigaciones del Sueño identifica otras variables importantes que alteran el sueño durante el verano y que son los hábitos alimenticios y de higiene de sueño. Ambos se desordenan durante la época estival, ya que, generalmente, y sobre todo en el periodo vacacional, se come y se bebe más de lo ordinario y, en algunos casos, se duermen siestas demasiado largas y a horas intempestivas. También es habitual acostarse y levantarse más tarde, lo que modifica los ritmos circadianos de vigilia y sueño.

Por todo ello, cabe concluir que es más difícil pegar ojo en verano que en invierno, así como dormir de un tirón, fundamentalmente en las noches estivales más calurosas. No obstante, seguir algunos consejos puede ayudar a facilitar el descanso, aunque, al final, como bien comenta la psicóloga del insituto, cada uno debe adoptar sus propias estrategias para procurar conciliar el sueño y comprobar qué es lo que más funciona.

Fuera nervios

Desde el Instituto de Investigaciones del Sueño, se insiste en la importancia de no ponerse nervioso, ni agobiarse al no conciliar el sueño, ya que el calor no va a durar siempre, pero, en cambio, los problemas de insomnio si pueden perpetuarse en el tiempo.

¿Aire acondicionado o ventilador?

Hay que evitar las corrientes directas de aire durante la noche, de manera que conviene que el ventilador no se oriente hacia la cama. El aire acondicionado reseca en exceso el ambiente y puede perjudicar a las vías respiratorias.

Consejos saludables

· Mojarse las muñecas y la nuca. Es muy buen truco para llevarlo a cabo antes de acostarse y mantenerse fresco durante mayor tiempo y poder así conciliar el sueño.

· No echarse siestas muy largas. La siesta es muy reparadora y recomendable, pero es mejor que sea cortas y no supere los 20 minutos, para que no se entre en un sueño profundo

· No abusar de las bebidas alcoholicas. En verano se tiende a abusar de las bebidas excitantes, pero son perjudiciales para el sueño, por lo que hay que intentar evitarlas.

· Evitar comidas copiosas. No es recomendable ingerir proteínas o comida muy pesada antes de acostarse.

· Mantener un ritmo regular. Hay que procurar acostarse y levantarse a la misma hora, para regular el ciclo de vigilia y sueño.