La importancia de la alimentación y su relación con el sueño

Seguir unas pautas alimentarias correctas y dormir bien por las noches es clave para disfrutar de una buena salud. Lo dicen los expertos, que no dejan de encontrar relación entre personas sanas y buenos hábitos en este sentido.

Dieta mediterránea, ejercicio físico y un colchón de calidad adecuado a tus necesidades. Son los factores que, según la Universidad de Creta, necesitas para disfrutar de un sueño reparador. Esta no es más que otra confirmación de que llevar una dieta equilibrada es la llave para un bienestar global: gozar de buena salud, lo que incluye dormir correctamente por las noches.

Dormir bien y alimentación

De hecho, no hay que irse hasta Grecia para confirmar que la dieta correcta es un eslabón fundamental del sueño: tal y como confirman desde ASENARCO, mantener buenos hábitos alimentarios y una dieta equilibrada rica en frutas y verduras, «evitando las grasas de origen animal», forma parte de una correcta higiene del sueño.

Todo ventajas

La combinación de ejercicio físico moderado constante y una alimentación adecuada, es una fórmula que, en principio, solo puede traer buenas noticias. De hecho, según los investigadores de la Universidad de Creta, es una buena herramienta para evitar el síndrome de apneas e hipopneas del sueño (SAHS), una de las patologías del sueño que, según la Sociedad Española del Sueño, sufre entre un 6% y un 8% de la población en España, y que implica la aparición de malhumor, somnolencia diurna o migrañas y cefaleas que no remiten con facilidad.

«Los hábitos alimenticios juegan un papel clave en la calidad del descanso”, resumen desde la Fundación Alimentum. Entidades como esta recuerdan que, para dormir bien, hay algunos aspectos que no podemos controlar (el ruido de la calle o de un vecino, por ejemplo) pero otros como la alimentación dependen única y exclusivamente de nosotros.

¿Cuáles son los consejos alimentarios estrella para una buena higiene del sueño? Tal y como dice ASENARCO, rodearnos de frutas y verduras frescas y, por supuesto, evitar las bebidas estimulantes todo lo posible, sobre todo a partir de media tarde.

Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), rodearse de frutas y hortalizas es comer, al menos, unos 400 gramos de estos alimentos diariamente, lo que se traduce en 5 porciones. Si bien el consumo calórico de una persona depende de lo que sea capaz de quemar, para la OMS hay algunas cosas que son innegociables: limitar el consumo de azúcar libre a menos del 10% de la ingesta calórica total y no pasar de los 5 gramos de sal al día (que equivale a una cucharadita de café).

Lo que comes, te afecta

Dentro de nuestro organismo todo está calculado. Nada ocurre sin una razón. Por eso es importante seguir rutinas correctas. Lo que comes es tan importante como la forma de alimentarte. Por ejemplo, comer adecuadamente durante el día, en cantidades correctas, ayuda a no llegar a la noche con hambre. Cuando el sol ya se ha escondido, cobra mayor importancia la cantidad de calorías que se ingieren, puesto que las cenas muy calóricas provocan un aumento de la segregación de hormonas estimulantes del sistema nervioso central, lo que dificulta nuestra capacidad de dormir.

Además de nuestros hábitos, hay otras causas que pueden truncar una alimentación adecuada. Es el caso del estrés, presente sobre todo en las grandes ciudades. Ese ambiente de sobreexcitación o las prisas por hacerlo todo a la vez, terminan desembocando en una falta de tiempo para cocinar o para seguir horarios ordenados. ¿La consecuencia? Se abusa de la ingesta de comida menos sana  y terminamos desequilibrando nuestra alimentación.

Éste último es un error no muy saludable. No lo olvides: para una vida sana hay cosas que escapan a tu control, pero la confección de un menú variado y equilibrado depende de ti. Las recomendaciones de la OMS dicen, por ejemplo, que deberías reducir el consumo de grasa a «menos del 30% de la ingesta calórica diaria». Así contribuyes al aumento de peso, que tampoco es muy amigo del sueño saludable. Éste último es un error no muy saludable.

La relación entre el sueño y el peso

Comer bien ayuda a dormir mejor. Y dormir correctamente es el mejor camino para evitar el sobrepeso. Como decimos, todo en nuestro cuerpo está calculado. Estudios del Centro de Investigación Biomédica sobre obesidad y nutrición concluyeron que dormir siete horas es el mínimo para no alterar «los mecanismos hormonales» de nuestro cuerpo. Sus conclusiones son claras: cada hora adicional de sueño reduce un 36% las posibilidades de padecer sobrepeso.

¡Pero no te emociones! Dormir más y más no te ayudará a estar más delgado. El mismo estudio señala que no se pueden obviar factores claves como olvidarse del sedentarismo o de la mencionada dieta libre de grasas u otros elementos que tampoco ayudan en exceso, como las bebidas de alto contenido en azúcar o los aperitivos salados, dos elementos que la OMS también recomienda reducir al máximo. Los pequeños gestos son los más valiosos: ¿tienes hambre? Disfruta de frutas y verduras crudas en vez de comer aperitivos salados o dulces. ¡Acabarás durmiendo mejor!

Gracias a una buena dieta, ejercicio regular y un equipo de descanso completo y adaptado a tus necesidades puedes disfrutar de una calidad de vida sobresaliente. Descubre qué colchón es el que necesitas y confía en tu vendedor especializado. ¡Es quien mejor te puede aconsejar! Cuando ya cuentes con el mejor equipo, no olvides seguir las pautas por una buena higiene del sueño. ¡Disfruta de una buena salud durmiendo bien!