Las grandes aventuras y el descanso

Existen grandes gestas deportivas que para llevarlas a cabo, el ser humano pone al límite su organismo. Muchas de ellas conllevan una reducción drástica de los periodos de descanso.

La última de estas aventuras es la de dar la vuelta al mundo en el primer avión propulsado con energía solar fotovoltaica, el Solar Impulse 2. En marzo despegó desde Abu Dabi en los Emiratos Árabes y durante los próximos cinco meses estará viajando con una serie de paradas dedicadas al descanso del piloto y el mantenimiento de la aeronave.

Una de las etapas que deberán realizar es la que transcurrirá entre China y Hawái y en la que durante cinco días, el piloto deberá descansar en periodos reducidos de veinte minutos.

Según Kevin Morgan profesor de psicología del Centro del Sueño de Loughborough, en Inglaterra, Reino Unido, el organismo necesita al menos una siesta de treinta minutos para que el cuerpo se recupere, y para que se cumpla un ciclo de sueño completo, noventa minutos.

Lo que le hace diferente a otro tipo de gestas que se alargan igualmente en el tiempo es que esta vez, la tripulación está compuesta únicamente por un piloto. En el caso del grupo de la British Ocean Reunion, que pretenden atravesar el Océano Atlántico a remo, utilizarán un sistema de descanso diferente. Se irán turnando en periodos de dos horas para que mientras uno reme el otro pueda descansar.

Solar Impulse 2

Otros retos

En cuanto a la aventura que realizó en solitario Ellen MacArthur en el año 2000, consistente en navegar en solitario alrededor del mundo, dormía cinco horas y media al día, en lo que ella denominaba “rebanadas de 20, 40 o 70 minutos”.

El profesor de medicina y endocrinología de la Universidad de Manchester, David Ray, afirma que el piloto del Solar Impulse 2, experimentará lo que se denomina “microsueños”, o también conocidos como cabezadas, acciones muy peligrosas cuando se está manejando alguna maquinaria pesada o conduciendo algún vehículo.

“El riesgo que puede ocurrir durante esos cinco días es que durante esos cinco días sometiendo al cuerpo a la privación de sueño, el piloto cometa algún error de pilotaje o que el proceso de toma de decisiones no sea del todo bueno” concluye Ray.

En cuanto a los posibles efectos que se puedan detectar a largo plazo por este tipo de acciones, el profesor asegura que “en un caso como ese, la persona se puede recuperar después de un tiempo, con unas cuantas noches de sueño reparador. Pero pasar por esa situación, no es nada agradable”.

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