¿Crees saberlo todo sobre el descanso?

Los dichos y rumores están a lo orden del día, también en lo que al descanso y el sueño respecta. Existen creencias comunes y difundidas desde hace tiempo, que no siempre se asemejan del todo a la realidad. Por ello, queremos aclarar ciertas preguntas que nuestros clientes nos realizan con frecuencia en nuestros puntos de venta.

Un colchón duro es lo mejor para la espalda

Preferencia de colchones según los países

Aunque sea sorprendente, existen gustos de descanso por países. Sin irnos a otros continentes, nuestros vecinos portugueses quieren colchones especialmente firmes, mientras que los franceses prefieren una acogida más envolvente. Sí hay un consenso en el cuerpo médico al respecto de que un equipo de firmeza media es más beneficioso para la columna.

Firmeza sí, dureza no

Un colchón duro resulta tan poco recomendable para la espalda como uno blando. La fórmula ideal es contar con un núcleo de muelles como Normablock de Pikolin, Bultex u otra espumación lo suficientemente firme como para mantener la espalda en su posición natural durante el descanso nocturno; y además unos acolchados que faciliten la acogida con un contacto superficial agradable. Un colchón debería ser firme y suave a un tiempo. Y eso, no solo es posible, sino que debería ser innegociable.

Los somieres no son importantes

¿Importa el grosor del colchón?

En nuestro país se prefieren los colchones gruesos con muchas capas de firmeza y confort –por cierto que este es un gusto más americano que centroeuropeo-, por lo que un somier sencillo queda eclipsado ante tanta amortiguación.

Huyamos de las generalizaciones

Hay somieres… y somieres. Los de gama más alta cuentan con muchas láminas, muy estrechas y muy juntas. En este caso el somier asume hasta el 20% del esfuerzo mecánico de todo el equipo de descanso, especialmente en los episodios en los que el durmiente se mueve durante la noche por cambios de postura. Incluso en colchones muy gruesos. Para convencernos basta hacer una prueba tan sencilla como probar un colchón sobre una base tapizada rígida y luego sobre un somier. Insistimos: un somier de calidad. Láminas de haya flexibles y con durabilidad.

¿Hay que dormir al menos ocho horas?

Las horas de descanso dependen de la edad

Dedicar una cantidad suficiente de tiempo es una buena medida que nos ayuda a tener un descanso saludable. Según estudios cualificados, los adultos entre 18 y 64 años de edad deberían dormir entre 7 y 9 horas cada día, mientras que los niños deberían dormir entre 10 y 13 y los bebés duermen hasta 17 horas diarias.

Calidad mejor que cantidad

La cantidad por sí sola no es suficiente. Adicionalmente al hecho de que cuanto mayores somos, menos necesidad de horas de sueño necesitamos, hay otros muchos factores que entran en la fórmula del descanso perfecto: un horario regular y sin variaciones, correctos hábitos alimentarios especialmente por la noche y una ropa de cama que no nos de calor son sólo algunos de ellos. Y por supuesto, contar con un adecuado equipo de descanso.

¿Las almohadas se pueden lavar?

La importancia de la higiene de tu almohada

Si la higiene en un colchón es una cuestión muy importante, en el caso de la almohada es todavía más apremiante que se tengan en cuenta una serie de medidas bien presentes. Pero ojo: no todas se pueden lavar.

¿Qué partes se pueden lavar?

Fundas, protectores y cubiertas de almohada son elementos que están diseñados para un lavado habitual. Dependiendo de las características del durmiente, en especial en lo tocante a transpiración en la zona de cabeza, resulta muy recomendable su lavado una vez por semana. Tener repuestos de funda interior para sustituir a la que se está lavando es una buena idea. En cuanto al cuerpo de la almohada, lo habitual es que no sean lavables, lo ideal es leer el etiquetado las instrucciones de lavado y mantenimiento.

Importante: el plazo de sustitución recomendable para las almohadas es de entre un año y dos; tu salud te lo agradecerá.