La primavera, las alergias y el descanso

El día 21 de marzo hemos cambiado de estación, ha llegado la primavera y con ella las alergias para aquellos que sufren sus consecuencias.

Según el Dr. Gabriel Gastaminza, especialista en alergología e Inmunología de la Clínica Universidad de Navarra, el frío que ha marcado este invierno, unido a las fuertes nevadas y constantes lluvias durante los últimos meses, permiten predecir en mayor o menor medida la severidad de la polinización.
Existen principalmente tres etapas de polinización dependiendo de qué tipo de planta se trate:

•  Los árboles: Comienzan en enero y termina en mayo, dependiendo del tipo de árbol, desde el ciprés hasta el olivo.
•  Las gramíneas: Son las más conocidas y las que probablemente más casos de alergia despiertan. Su polinización va desde abril hasta finales de Julio.
•  Las malezas: Muchos de los que padecen alergia a estos arbustos creen equivocadamente que sus síntomas se los produce las gramíneas ya que comparten periodo de polinización con las anteriores aunque en el caso de las malezas ese periodo se alarga hasta finales de verano.

Otra de las alergias más comunes es la alergia a los ácaros del polvo. Los ácaros, según la Asociación Española de Inmunología clínica (SEAIC), son unos insectos microscópicos de la familia de los arácnidos y los principales responsables de una parte importante de las alergias.

¿Cuáles son los síntomas más comunes?

A los habitualmente conocidos como son rinitis, con los molestos mocos, congestión nasal en bascule, que significa que se alterna la obstrucción de las fosas nasales, primero una y luego la otra, estornudos, respiración por la boca, picor en la nariz y en la garganta, picor y enrojecimiento de los ojos, parpados inflamados y ojos llorosos, se unen el cansancio y la fatiga.
Todos estos síntomas repercuten en nuestro descanso ya que impiden en muchos casos terminan deteriorando nuestro periodo de sueño.

Pautas para minimizar su impacto

El Doctor Mikel Egurrola Izquierdo, especialista en Neumología y autor de múltiples artículos sobre las alergias, aporta una serie de pautas para minimizar el impacto de las alergias domésticas:

•  Alfombras y tapizados: no son un buen aliado contra las alergias. Eliminar los tapizados en la medida de lo posible.
•  Retirar peluches, cojines y muñecos de trapo.
•  Las habitaciones no deben tener muebles innecesarios ni estanterías donde se acumule el polvo.
•  No guardar ropa húmeda ni almacenar ropa de lana en la habitación del alérgico. Los libros no deberán estar en el dormitorio.
•  Evitar los humidificadores. La habitación debe estar seca y ventilarse con frecuencia.
•  Si la alergia es importante conviene evitar animales domésticos, favorecen el crecimiento de ácaros y sueltan pelos y escamas de piel.
•  Las plantas no son aconsejables ya que favorecen el crecimiento de ácaros, aumentar la humedad ambiental y su polen puede ser alergénico.
•  Evitar insecticidas, ambientadores, aerosoles, lacas, barnices, pinturas y aparatos emisores de ozono.
•  Muy importante, no fumar en casa.
•  Los aspiradores comunes tienen filtros que dejan pasar partículas microscópicas alérgicas. Es especialmente dañino barrer o aspirar con un aspirador normal en presencia del alérgico ya que los alérgenos se “airean”. La limpieza se realizará con un paño húmedo y/o fregona que después se lavará, o con aspiradores con filtros especiales (HEPA).

Y por supuesto, nuestra cama. La almohada debe de ser de un material hipoalergénico que incorpore funda para lavarse regularmente. El lavado se hará a temperatura igual o mayor de 60º, que elimina los ácaros.

•  El colchón deberá ventilarse y debe incluir tratamientos específicos antiácaros. Debe permitir una buena ventilación.
•  Ropa de cama: Evitar lana y plumas.

Pikolin es consciente de la incidencia cada vez mayor de las alergias y por eso incorpora en sus colchones los tratamientos más avanzados contra los ácaros. Estos tratamientos, Triple Barrera y Sanifoam son el perfecto complemento para un descanso más saludable.