Almohadas de látex

Las almohadas de látex están fabricadas con látex natural, un material derivado del jugo extraído de los árboles de caucho. El látex es un material conocido por su elasticidad y capacidad de recuperación, que lo convierten en una excelente opción para proporcionar un soporte firme y adaptable durante el sueño. El látex es también hipoalergénico y, por tanto, seguro para personas con alergias o dificultades respiratorias; y además, es muy fresco y evita la acumulación de calor o sudor (gracias a su estructura abierta que permite una excelente circulación del aire).

Sí, las almohadas de látex son totalmente hipoalergénicas y, por tanto, una excelente opción para personas alérgicas o asmáticas. El látex es un material que ofrece gran resistencia contra los ácaros del polvo, el moho o los hongos. Además, las almohadas de látex tienen una estructura compacta y resistente que dificulta la acumulación de microorganismos y bacterias, propiciando un ambiente de descanso fresco y saludable. No obstante, aunque las almohadas de látex son hipoalergénicas, es posible ser alérgico al propio látex.

La durabilidad de una almohada de látex, como siempre, dependerá del uso y del cuidado que se le dé. Por lo general, decimos que, si se mantiene una correcta higiene, una almohada de látex puede durar en óptimas condiciones 2 años (o más). El látex que utilizamos en Pikolin es un material de alta calidad, resistente y con capacidad para mantener su forma a lo largo del tiempo.

Las almohadas de látex tienen grandes ventajas: son muy resistentes a la deformación y al paso del tiempo; proporcionan un soporte excepcional para el descanso; se adaptan con facilidad a los movimientos de la cabeza al dormir, recuperando su forma de forma casi instantánea; son hipoalergénicas; son bastante frescas gracias a su estructura celular abierta que permite la circulación del aire en su interior, siendo ideales para verano o para personas muy calurosas.

Para prolongar la vida útil de una almohada de látex es clave que siempre esté en óptimas condiciones de higiene (una almohada limpia y ventilada previene la humedad y los malos olores). Te recomendamos, por tanto, utilizar siempre una funda lavable que proteja al núcleo de la almohada de las manchas y del sudor, y lavar dicha funda de forma semanal. Aunque dejar airear el núcleo de la almohada de vez en cuando es aconsejable, evita exponerlo directamente al sol, ya que el látex podría deteriorarse.