El día mundial del sueño es todo el año en Pikolin

Hoy 14 de marzo se conmemora el Día Mundial del Sueño que se celebra desde el año 2006. La intención con la que se instauró esta fecha en el calendario fue concienciar a las personas de la importancia de dormir bien. Un descanso total durante la noche permitirá que afrontemos nuestras actividades del día a día con la máxima energía.

La importancia del descanso para el ser humano está fuera de toda duda pero ¿sabemos cómo mejorar la calidad de nuestro sueño? Hoy vamos a dar unas pautas para que dormir no se convierta en una pesadilla.

La alimentación tiene un papel muy importante en la calidad del sueño que tenemos. Ingerir alimentos ligeros durante la cena hará que la digestión sea menos pesada. No es recomendable que nos acostemos justo después de cenar. Si lo hacemos aparecerá el temido reflujo ya que los alimentos no se habrán asentado todavía. Esto hará que estemos incómodos si nos echamos a dormir tras comer.

También tendremos que modificar nuestra postura al acostarnos si queremos tener un buen descanso. Diversos estudios han certificado que dormir totalmente tumbados es perjudicial para la digestión. Hay que hacerlo ligeramente elevado con unos cojines por ejemplo aunque lo mejor es esperar un rato entre que terminamos de comer y cenar y nos tumbemos para evitar problemas digestivos.

La postura que tengamos para dormir también puede influirnos en la calidad de nuestro sueño. Cada persona deberá adoptar la que le resulte más cómoda pero diversos estudios han puesto de manifiesto que la posición fetal y aquella en la que dormimos boca arriba con los brazos a lo largo del cuerpo como si fuéramos un tronco son las más recomendables para dormir. Según una investigación coordinada por la doctora Tomasina Stacey, las mujeres embarazadas descansarán mejor si lo hacen sobre el lado izquierdo de su cuerpo.

Para dormir lo recomendable es ir reduciendo la actividad tanto de nuestro sistema nervioso como físico. Por este motivo tendremos que evitar en el periodo anterior a acostarnos conductas que puedan alterar nuestro sistema nervioso como ver la televisión, jugar al ordenador o realizar algún tipo de ejercicio físico.

La ropa que llevamos cuando dormimos también influye en la calidad de nuestro sueño y descanso. Dependerá de la estación del año en la que nos encontremos pero deben ser prendas ligeras que nos permitan cambiar de postura en la cama con total libertad mientras dormimos.

Otro factor a tener en cuenta para lograr un buen descanso será la temperatura de la habitación en la que descansamos. Tanto el frío como el calor pueden afectar a la calidad de nuestro sueño. Dormir en verano con el aire acondicionado encendido no es una conducta recomendable para el buen funcionamiento de nuestro organismo.

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