La decoración de nuestra cama es muy importante para notar que nuestro lugar de descanso está ordenado, además de por el placer de ver la habitación a nuestro gusto. Edredón nórdico, almohadas… pero, ¿cómo lo colocamos? A la hora de pensar en la decoración, lo primero en lo que debemos pensar es en los tonos de la estancia: el color de las paredes, el cabecero, las mesillas, etc. Podemos elegir un color que combine bien o de la misma gama cromática y que esté en sintonía. Una vez elegido, puedes empezar:
Cómo colocar nuestra cama
Primero debemos preparar la cama desde cero. Colocamos la funda de colchón (que protege el propio colchón) y un protector (una seguridad extra para evitar manchas). Tras esto, colocamos la sábana bajera que hayamos elegido y, opcionalmente, la sábana encimera. Hay personas que deciden prescindir de esta última y poner directamente el edredón nórdico. Sea así o no, recuerda ponerle una funda a tu para protegerlo de manchas directas y darle otro toque a la habitación (además, hace que cambiar el estilo sea más sencillo).
Cuando coloques el edredón nórdico, puedes hacer una doblez en la parte superior donde van situadas las almohadas o cubrir completamente el colchón. Después, por encima del mismo, toca colocar las almohadas. Te dejamos diferentes opciones para que elijas la que más te guste.
Después, puedes colocar una manta extra a los pies de la cama. Puede ser en un tono similar o uno que destaque para darle un toque diferente. Esto sirve por si nos echamos sobre la cama (para descansar o para la siesta) poder taparnos con ella sin deshacerla.
También puedes poner una alfombra a los pies de la cama o dos a los lados de la cama. Esto no solo da calidez a la habitación, sino que al levantarte de la cama tienes una sensación mullida y suave. Lo único es que, si eres alérgico a los ácaros del polvo, te aconsejamos que laves bien las alfombras al menos a 60 grados (igual que las sábanas).