Narcolepsia, sueño irresistible

Somnolencia diurna. Es el principal síntoma de la narcolepsia y uno de los primeros en aparecer cuando se padece el trastorno.

La narcolepsia es un trastorno de origen neurológico, cuya característica esencial es la aparición recurrente e incontrolable de sueño. Así, el principal problema de estos pacientes es la excesiva somnolencia diurna, que se presenta de forma diaria, aunque no permanente, y con carácter totalmente involuntario.

Puede suceder igualmente en situaciones poco activas, como pueden ser la lectura o ver la televisión, o inapropiadas, ya sea comiendo o conduciendo, lo que, en el último caso, puede entrañar un riesgo importante.

Estos episodios duran de minutos a horas, presentándose de forma progresiva o brusca, como ataques de sueño irresistible. Los estudios epidemiológicos que maneja la Asociación Española del Sueño, Asenarco, indican una prevalencia de la narcolepsia del 0,02 al 0,16% en la población adulta.

Otro de los síntomas que suele acompañar a este trastorno es la cataplejía o crisis de hipotonía muscular. Consiste en episodios de descenso brusco del tono muscular, a veces de forma imperceptible, como una sensación de ‘flojera’, o de mayor intensidad, en la que el paciente puede llegar a desplomarse en el suelo.

Durante los episodios, las personas que los padecen conservan la conciencia y el estado de alerta, de forma que son capaces de describir perfectamente y sin confusión todo lo que ha ocurrido en ese momento.

Las cataplejías suelen estar desencadenadas por emociones intensas provocadas por risas, sustos o acaloradas discusiones y pueden durar de segundos a minutos.

Del 30 al 50% de los narcolépticos sufren parálisis del sueño, que es la incapacidad para hablar o moverse durante aproximadamente un minuto al quedarse dormido o al despertar. Es uno de los síntomas variables de la patología, como las alucinaciones hipnagógicas e hipnopómpicas, que suelen ocurrir en la transición del sueño a la vigilia, es decir, al quedarse dormido o al despertarse. En este momento, el paciente tiene percepciones irreales, ya sean auditivas, visuales o táctiles, a veces referidas como terroríficas.

Otros síntomas. Los narcolépticos suelen presentar frecuentemente despertares a lo largo de la noche, lo que se denomina sueño fragmentado. También son más habituales las parasomnias, (pesadillas, sonambulismo, hablar en sueños, episodios de agitación psicomotriz).

Otros síntomas que se pueden encontrar son la conducta automática, por la que los pacientes realizan actividades sin luego recordarlas, sensación subjetiva de pérdida de memoria y falta de concentración, cansancio y fatiga, trastornos del estado de ánimo, visión borrosa y trastornos de la alimentación.