Colchon Cuna

Colchón de cuna, donde ocurren sus primeros sueños

Hay muchas cosas que pueden preocupar a unos padres cuando comienzan la aventura de criar a un niño. La alimentación o el sueño son, sin duda, dos de las inquietudes principales. En lo referente al sueño, todo es un poco más sencillo si se cuenta con las herramientas adecuadas. Es por ello que hablar de colchones de cuna es hacerlo sobre una cuestión a la que se debe poner especial atención.

A lo largo del artículo te darás cuenta que la elección de un colchón de cuna es mucho más pautada que, por ejemplo, elegir un colchón para adultos. Lo más importante es asegurarse de que cumpla con los requisitos básicos, y no perderse en detalles secundarios.

No olvides que el colchón de cuna es clave no solo para el descanso, sino también para el correcto desarrollo del niño. Sin olvidar su comodidad, claro. Antes de nada, desde Pikolin nos gusta resaltar algunos puntos de partida importantes cuando hablamos sobre este tema:

  • Cualquier colchón, de cuna o no, es una inversión. Es verdad que los colchones de cuna no duran los 8 años que te acompañan en otras fases vitales, pero esa no es razón para optar por modelos de segunda mano. Evítalos porque, sencillamente, ya habrán perdido sus propiedades iniciales. Ya tendrás tiempo de valorarlo cuando toque cambiar la cuna por la cama.
  • En cuanto a las medidas, dos muy importantes a tener en cuenta: la altura del colchón nunca debería ser superior a los 15 cm. Además, el espacio entre el colchón y la cuna no superará los 4 cm. Ambas medidas están justificadas, como irás viendo dentro de unos párrafos.

 

El material de un colchón de cuna

Los expertos en la salud de los más pequeños lo tienen claro: un colchón de cuna tiene que ser duro, para evitar que el bebé se hunda, además de resistente y transpirable. Las pautas de la Sociedad Española de Pediatría indican también que el colchón para cuna “puede ser de muelles, látex o viscoelástico” y que es conveniente “introducir el colchón en una funda con cremallera y un protector de colchón”.
Para sorpresa de muchos padres, existen una normativa clara y estricta para la fabricación correcta de estos colchones. Hay varios puntos a tener en cuenta, pero estos tres son los más destacados (y que las marcas que los fabricamos tenemos que cumplir a rajatabla):

  • Que el colchón no sea demasiado blando no es una mera recomendación, es una obligación. No debe ceder bajo el peso del cuerpo bajo ningún concepto, incluso en el caso de que el bebé se pusiera de pie andando sobre él.
  • A lo largo de su vida útil, el relleno no debe sufrir una deformación permanente que impida que la funda esté ceñida al colchón.
  • El modelo de colchón por el que te decantes se tiene que adaptar al perímetro de la cuna, ocupando todo el fondo. Es decir, cubrir totalmente el somier, o al menos que no se superen los 4 cm de los que te hablábamos antes. La intención es clara en este sentido: hay que evitar como sea que los brazos y las piernas del niño se queden atrapados entre la cuna y el propio colchón.

 

Confía en los colchones de cuna Pikolin

Importante: cuando compres un colchón te tienes que asegurar de que el modelo elegido cumple con la normativa vigente. Por eso es aconsejable recurrir a marcas y tecnologías de confianza.

Pero los puntos que señala la normativa no son los únicos sobre los que poner tus ojos. Y es que hay algunas otras características funcionales que tampoco se deben olvidar en el momento hacer la compra.

Estos colchones tienen que ser duraderos y transpirables, fabricados en un material que “se adapte a las curvas del cuerpo, pero sin acentuarlas» y, por supuesto, que cuenten con las protecciones higiénicas necesarias para hacer frente a las principales causas de las alergias.

En este sentido, el colchón Luna, el colchón Nube y el colchón Soft, todos ellos actualmente en el catálogo de Pikolin, cumplen a la perfección con todos estos requisitos gracias a tecnologías exclusivas de la casa como:

  • Confortcell, que asegura la curvatura natural del cuerpo del bebé. En este vídeo puedes ver todos los beneficios de esta tecnología.
  • Viscofoam para reducir los puntos de presión mientras duerme el niño, favoreciendo la postura ideal. Recuerda que en este sentido la recomendación de los pediatras no deja lugar a la duda: el niño debe dormir boca arriba (decúbito supino), salvo contraindicación médica específica.
  • Triple Barrera: que se ocupa de actuar contra ácaros, bacterias y hongos para cumplir con las altas exigencias de higiene.

Además, los acolchados en fibra hipoalergénica facilitan una transpiración perfecta, y los núcleos de Bultex favorecen una acogida gradual para un mayor nivel de confort, siempre con las características necesarias para que el bebé duerma bien y pueda crecer mejor.