Consejos para limpiar tu dormitorio

La habitación o dormitorio es uno de los espacios de la casa clave a la hora de lograr el bienestar. Allí pasamos un tercio de nuestra vida y, además, también es allí donde solemos descansar y recargar nuestras energías. Por ello, mantenerla limpia y ordenada es indispensable para lograr ser nuestra mejor versión.

En este post te compartimos las claves para que lo hagas de forma fácil y sencilla… ¡La limpieza no tiene por qué ser difícil!

Ventilar diariamente la habitación

La ventilación es crucial a la hora de conseguir un dormitorio confortable. No hay nada peor que una habitación que «huela a cerrado», ¿verdad? Es incómodo y además poco saludable. Si mantenemos abiertas las ventanas durante, al menos, 15 minutos al día, lograremos un espacio más oxigenado, con una humedad balanceada, sin malos olores, y donde el polvo y los ácaros no se podrán reproducir tan rápido.

Lavar la ropa de cama frecuentemente

Cama  con juego de funda nórdica 100% algodón de 200 hilos color Beige
Juego de funda nórdica 100% algodón de 200 hilos color Beige

Nuestra cama también es fundamental. Es el lugar donde descansamos, donde nuestro cuerpo aprovecha para repararse y para llenarse de energía para el día siguiente. En la cama pasamos una media de 8 horas diarias, por lo que tiene sentido mantenerla lo más limpia posible, consiguiendo un espacio más sano y cómodo. Por ello, te recomendamos lavar sábanas, fundas de almohada y fundas de nórdicos una vez a la semana.

Si tienes un edredón nórdico, también es recomendable que lo laves al menos 2 veces al año. Y es que, aunque te parezca que el pijama y la funda nórdica pueden servir de barrera contra el polvo, las bacterias, los ácaros y todos aquellos microorganismos que amenazan tu salud y tu descanso, no es así, llegan al edredón. ¡No dejes de lavarlo!

Y, ¿has probado a dar la vuelta a tu colchón de vez en cuando? Pues haciéndolo un par de veces al año podrás dormir más cómodo, mientras alargas la vida de tu colchón.

Lavar las cortinas

Nos solemos olvidar de las cortinas o estores, y no deberíamos. Acumulan mucho polvo y pueden definitivamente hacer que nuestro ambiente de descanso sea mucho menos sano. Te recomendamos que las laves, mínimo, una vez al mes (con agua fría). Lo mismo aplica para las persianas, que deberías repasar con un paño con desinfectante.

Como consejo extra, intenta que tus cortinas estén elaboradas de telas sedosas. Así conseguirás aislar mejor el calor, luchando contra el frío de la calle en invierno y contra el calor en verano.

Limpiar los muebles y ordenar el armario

Los muebles acumulan una gran cantidad de suciedad y de polvo, que también respiramos al dormir. Pasa el polvo 1 vez por semana, usando un paño con desinfectante de vez en cuando.

Además, recuerda que mantener una habitación minimalista no solo te facilitará los trabajos de limpieza, sino que relajará tu mente. Intenta conservar los objetos necesarios y no sobrecargues los espacios. Y, por supuesto, no cometas el error de dejar que la ropa se acumule sobre una silla o sobre tu cama. Adquiere el hábito de colgarla, doblarla o echarla a la cesta de lavar inmediatamente después de quitártela. Esta costumbre no solo evitará el desorden, sino que te acabará ahorrando mucho tiempo cuando decidas limpiar la habitación.

Hablando de ropa, no podemos olvidarnos del armario. En él pueden llegar a acumularse prendas y complementos de todo tipo, que pueden convertirse en un desastre si nos descuidamos. Por eso, te recomendamos que lo vacíes mínimo 2 veces al año, limpiándolo por dentro y dejando en su interior solo la ropa y accesorios que vayas a utilizar durante esa temporada.

Limpiar cristales y espejos

Cama con protector de colchón acolchado de tencel impermeable
Protector de colchón acolchado de Tencel impermeable

Intenta encontrar un rato para limpiar las ventanas de tu habitación, mínimo, una vez al mes. Tener unos cristales completamente transparentes, libres de toda suciedad, contribuyen enormemente a lograr la armonía visual que necesitas para descansar. De nada sirve tener un dormitorio inmaculado si los cristales están polvorientos o llenos de huellas o marcas, ¡no los subestimes!

Los espejos suelen mancharse más, así que lo ideal sería pasarlos todas las semanas.

Limpiar el suelo

Tampoco puedes olvidarte de limpiar el suelo, la zona en la que pisas y que puede servir fácilmente de trampolín para que la suciedad llegue a la cama. Por eso, intenta barrerlo y fregarlo, al menos, cada 2 días.

Tener una planta

Finalmente, te recomendamos contar con una planta en tu dormitorio. La ciencia ya ha desmentido el mito de que las plantan nos «roban» el oxígeno en espacios cerrados. Al contrario, purifican naturalmente el aire… Puedes comenzar atreviéndote con una planta de poco tamaño, como un cactus y, si te gusta, cambiar a alguna más grande.

¡Ah! Y si eres un fanático de los aromas, no está de más pulverizar la habitación con algún aroma de tu preferencia para aumentar la sensación de confort.