La parálisis del sueño

Insomnio, narcolepsia, somnolencia crónica, sonambulismo… Hay diversos trastornos del sueño bien conocidos por todos, tanto por experiencia propia como por haberlos visto habitualmente representados en los medios. Sin embargo, hay otros trastornos menos conocidos y que pueden provocarnos gran malestar, sobre todo por no saber qué nos está ocurriendo. Entre ellos, la parálisis del sueño es el más llamativo por lo espectacular que puede resultar.

¿Qué es la parálisis del sueño?

En pocas palabras, la parálisis del sueño consiste en un estado de vigilia mientras estamos quedando dormidos o nos estamos despertando, pero durante el cual no somos capaces de movernos. En el primer caso, el problema es bastante simple: conforme nos vamos quedando dormidos, nuestra consciencia disminuye y nuestro cuerpo se relaja. Sin embargo, si estamos despiertos mientras estamos en la cama, podemos ser conscientes de este proceso, que se suele producir sin darnos cuenta, y de que no podemos movernos.

En lo que respecta al segundo caso, nos despertamos en medio de una fase REM. Esto quiere decir que nuestro cuerpo está relajado y “apagado” pero nuestros ojos se mueven a gran velocidad, dado que es la fase en la que tenemos sueños. Si nos despertamos durante esta fase, nos daremos cuenta de que no podemos movernos.

Un trastorno de pesadilla

Al despertarnos en mitad de una fase de sueño, es relativamente habitual que la realidad se mezcle con aquello con lo que estábamos soñando mientras dormíamos, convirtiendo el sueño más apacible en una visión, cuando menos, inquietante. Esto puede trasladarse también a alucinaciones auditivas que se proyectan desde nuestros sueños. Por ello, durante mucho tiempo, personas que sufren de parálisis del sueño han reportado sucesos de los llamados “visitantes de dormitorio”, cuando realmente lo que estaban experimentando ningún suceso paranormal sino una parasomnia.

De igual manera, algunas personas que sufren este trastorno dicen haber experimentado experiencias de “proyección astral” contemplando su cuerpo desde una perspectiva superior. De nuevo, esto tiene una explicación totalmente real, y es que la unión temporoparietal, encargada de distinguir entre nosotros mismos y lo externo, suele estar desactivada durante nuestro descanso – de ahí que cuando soñamos, a veces lo veamos todo en tercera persona. Por eso, también podemos percibirnos a nosotros mismos desde fuera una vez nos despertemos.

Cómo prevenir la pesadilla

Dicho todo esto, sólo queda saber cómo poder evitar pasar por este trago tan desagradable. La verdad es que es algo que puede ocurrirle a cualquiera, aunque se ha percibido mayor incidencia en personas con historiales de enfermedades mentales y, especialmente, en aquellos que sufren privación del sueño continuada. De hecho, ésta es la forma que los científicos usan para reproducir en laboratorio la parálisis del sueño.

Por tanto, mantener un estilo de vida saludable y unas pautas de sueño adecuadas pueden ayudar a mantener a raya a este incómodo trastorno. Mantener horarios regulares y dormir entre 7 y 8 horas es una medida indispensable para atajar los problemas de sueño. Si sufres de parálisis de sueño de manera recurrente, no dudes en acudir a tu médico, quien te ayudará a averiguar si algo más está afectando tu descanso.