La primavera del amor

Ya lo dice el refranero. “La primavera, la sangre altera”. Y es que, conforme nos quitamos los abrigos, parece que también nos despojamos de las inhibiciones, o de la pereza de pasar frío, implicándonos en las actividades más íntimas. Sin embargo, ¿tenemos alguna certeza de que esto sea realmente así? ¿O es más mito que realidad?

Hombres y mujeres

Dependiendo de nuestro sexo, los cambios estacionales afectan de manera distinta a nuestra libido. En lo que respecta a las mujeres, sus ganas de hacer el amor aumentan durante la primavera. Esto se debe a un pico en su producción de estrógeno durante esta estación. El motivo del aumento de esta sustancia es una mayor exposición a la luz solar, que regula la producción de diversas hormonas de nuestro organismo. Es el sol el que también nos hace generar más vitamina D, involucrada en nuestro deseo sexual.

Sin embargo, en el caso de los hombres, no hay pruebas de que su libido aumente durante la primavera. De hecho, hay estudios que indican que esto podría ocurrir durante el verano, especialmente a principios de la época estival. Esto puede deberse a un incremento en los niveles de dopamina como resultado de un aumento sensible en las horas de exposición a la luz solar durante la estación.

Diferentes amores

Dependiendo de la estación, nos sentimos inclinados a mantener relaciones de distinto tipo. El verano, por ejemplo, es la estación para establecer nuevas relaciones y conocer gente. Buscamos algo más alocado y divertido. El invierno, por otro lado, tendemos a reforzar los lazos existentes en parejas ya consolidadas.

En lo que respecta a la primavera, nuestro deseo es más tierno, y busca disfrutar del buen tiempo y mantener relaciones más sensuales que sexuales. Compartir besos, caricias y experimentar, más que el desfogue veraniego.

También está en nuestra cabeza

Pese a lo que ya hemos mencionado, las razones por las que nos sentimos más inclinados a hacer el amor en primavera son también psicológicas y sociológicas. Y es que la primavera siempre ha sido asociada con la fertilidad. Esto no es sólo por ser la estación de la floración y la reproducción de los animales. Es, además, la época en la que se celebraban las festividades de la diosa Ēostre, deidad germánica de la fertilidad, y que se cree da nombre a la Pascua en inglés, “Easter”. Incluso sus símbolos, el conejo y el huevo, mantienen a día de hoy reminiscencias a la procreación.

En primavera también dejamos ver más piel. Como señala la doctora Jennifer R. Berman, nuestro cerebro asocia ver cuerpos más al aire, y exponer el nuestro propio, como una invitación a tocar y ser tocados. Esto se nota especialmente durante el principio de la estación, cuando aún estamos acostumbrados a ver abrigos tapándonos de la cabeza a los pies.

Al final, cualquier época es buena para hacer el amor siempre que tengamos a la persona adecuada y estemos dispuestos a pasar un buen rato juntos. Lo único que realmente es indispensable para ello es la compañía, ganas y un colchón Pikolin en el que disfrutar.

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