¿Cuántos tipos de almohadas existen?

No debería sorprendernos que existan muchos tipos de almohadas diferentes y múltiples formas de clasificarlas en función de su composición, forma o utilidad. Al fin y al cabo, su uso se remonta miles de años atrás. ¡Incluso hay datos que evidencian su uso ya en tiempo de Mesopotamia! De hecho, muchas veces, es esa gran variedad lo que nos lleva a equivocar nuestras elecciones comprando una almohada que no se ajusta a nuestras necesidades.

Durmiendo con una almohada que no nos aporta los beneficios adecuados puedes sufrir algún contratiempo en forma de dolores de cuello, espalda o lumbares. ¿Quién no se ha planteado alguna vez la duda de «es mejor dormir con almohada o sin almohada»?

¿Cómo acertar con la almohada perfecta?

Para acertar con la almohada adecuada lo primero es, precisamente, conocer bien las necesidades de cada uno. Si lo que deseas es estar más cómoda durante el embarazo, existen almohadas específicas para ello; o, si por el contrario, lo que buscas es evitar las malas posturas durante los viajes, una almohada cervical o lumbar de viaje será probablemente la opción más adecuada, por ejemplo.

Pero. si lo que necesitas es descansar bien sobre tu cama cada noche deberás preguntarte en primer lugar: ¿cómo te gusta dormir? ¿De lado? ¿boca arriba? ¿boca abajo? En este caso, el factor más importante que nos llevará a decidir entre una y otra será su firmeza. Dependiendo de la postura que suelas adoptar para dormir, te recomendaremos una firmeza u otra.

almohadas para dormir de lado

Para los que suelen dormir de lado, lo más recomendable es una almohada alta, de firmeza alta que se adapte bien al contorno de la cabeza, al cuello, y a los hombros.

almohadas para dormir boca arriba

Para los que duermen boca arriba, es preferible una almohada de firmeza y altura media que respete la curvatura natural en la zona alta de la columna vertebral proporcionando el apoyo correcto en cuello y hombros.

almohadas para dormir boca abajo

Para dormir boca abajo, lo más adecuado es una almohada de firmeza baja, para que la cabeza no tienda a girarse de forma antinatural hacia un lado u otro.

almohadas si cambias mucho de postura

La realidad es que, muchos de nosotros no dormimos siempre en la misma posición, ¿verdad? En este caso, las almohadas de látex son una muy buena opción, pues se adaptan perfecta y fácilmente a los movimientos de quienes duermen sobre ellas. Además, ¡son naturalmente antiácaros!

distintos materiales para distintas necesidades

Aunque la firmeza es clave a la hora de decantarse por una almohada en particular, también es importante considerar su composición. En el mercado vas a encontrar una gran variedad de almohadas de distintos materiales: viscoelásticas (se adaptan perfectamente a la forma de tu cabeza y cuello), de fibra, de plumón, de látex… O, incluso, con tejidos especialmente transpirables (hipertranspirables) y/o termorreguladores, entre otros.

  • Las almohadas de fibra son muy transpirables y frescas, ya que el aire puede circular en su interior, absorbiendo rápidamente el exceso de humedad. Además, son lavables e hipoalergénicas… ¡Perfectas para mantener un sueño higiénico y libre de alergias!
  • Las almohadas de plumas o de plumón son naturales, extrasuaves, de aspecto lujoso y muy ligeras. Eso sí, antes de decantarte por una de ellas, asegúrate de que haya recibido un tratamiento downproof, que evita que el producto pierda plumas… ¡Todos nuestros productos de plumón lo tienen!
  • Las almohadas viscoelásticas suelen ser más firmes, pero se adaptan perfectamente a la morfología del cuerpo gracias al comportamiento termosensible de su material, favoreciendo una buena postura y un buen descanso cervical.
  • Las almohadas de látex tienen una textura suave y agradable, que lleva al cuerpo a sentir una increíble sensación de confort. Tienen una gran transpirabilidad, una gran durabilidad y son fáciles de lavar, ¡además de ser antiácaros!

Y, si tiendes a sufrir de exceso de calor al dormir, te recomendamos los tejidos hipertranspirables o termorreguladores, así como almohadas de espumas perforadas o con geles refrescantes, ya que te ayudarán a controlar el exceso de sudoración.